martes, 13 de enero de 2009

Roja, Azul y Amarilla (Primera parte)

Así sería su bandera, era perfecta!. Los tres colores primarios a partir de los cuales salen todos lo demás. ¿No dicen que todo hombre tiene que tener una bandera?, ¿un símbolo que seguir?; pues el la tenía. No una bandera ajena, su propia bandera.

También tenía un buen plan, con algún pequeño fallo de cálculo, pero un plan. Probablemente uno de esos fallos de cálculo le había llevado a su situación actual, escondido y sangrando. Las heridas le escocían por el sudor, pero eso le hacía estar alerta.
No dolían, escocían.
Siempre había pensado que las heridas por arma de fuego dolían una barbaridad, por lo menos en las películas la gente herida actúa como si dolieran, sin embargo parecía ser que gran parte de ese fallo de cálculo que ahora le hacía encontrarse en tan difícil situación radicaba en las películas. Su falta de experiencias reales con respecto a las armas y la resistencia humana por un lado, y el desconocimiento absoluto del comportamiento real de las personas por otro, era algo que había obviado.

Un mes antes ya se había estado metiendo en foros de internet para captar adeptos a su causa contando parte del plan. Tampoco se preocupó mucho de ver las respuestas pues su discurso estaba hecho de verdades como puños... era incontestable.

Hacía tan sólo unas horas que había girado la llave de su coche como quien gira la llave de un misil atómico intercontinental... sabía que ese acto traería consecuencias pero no había otra solución. El tampoco podía echarse atrás principalmente por dos motivos: el primero era que no quería, deseaba con ilusión seguir adelante, la luz de un nuevo futuro iluminaba su alma; el segundo motivo era que antes de girar la llave de su coche se había metido en todos esos foros para confirmar que ese era el día y que marchasen hacia su destino común.

Entonces todo empezó a torcerse, tras dos horas de camino le paró un policía de tráfico que al ver la escopeta se asustó y a pesar de la explicación insistió en que saliera del coche. Es más, parecía como si la explicación le hubiera horrorizado. Al salir del coche aprovechó un despiste del agente y simplemente le pegó un tiro... pero no fue suficiente!